Introducción: Estamos estudiando Mateo
7:1-12. En versículos 3 & 4 Jesús
enseña en cuanto al problema que surge cuando una persona juzga
incorrectamente. (Mi
enseñanza de este pasaje tiene siete divisiones. Aquí tenemos la tercera.)
I. LA
PRECAUCIÓN AL JUZGAR - Mateo 7:1-2
II. EL PROBLEMA AL
JUZGAR – Mateo 7:3-4
III. LA PREPARACIÓN PARA JUZGAR - Mateo 7:5
“¡Hipócrita! saca primero la viga
de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu
hermano” (7:5).
Oremos y procedamos a prepararnos para juzgar.
Mire arriba y lea otra vez Mateo
7:5.
Aquí en Mateo 7:5 Jesús mismo da
dos mandamientos. El primero:
“¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo”, y el segundo:
“ENTONCES verás bien para sacar la paja del
ojo de tu hermano”.
Nótese por favor que si este
hipócrita obedece el primer mandamiento, después, toda vía debe obedecer el
segundo. Cristo dice muy específicamente
que la persona debe recordar que ya que ha juzgado al otro que tiene la mota en
su ojo, debe ayudarle a corregir su problema.
(Esto se llama juicio para
corregir.)
Jesús le llama a este hombre hipócrita. Un hipócrita es una persona que se cree justo
y santo. Él se hace juez y
justificador. Este hipócrita es ciego en
cuanto a sus propios pecados.
Pero el hipócrita cree que ve
espiritualmente. El hipócrita cree que
sabe todo en cuanto a Dios y su voluntad.
Durante el ministerio de Jesús aquí en la tierra,
Él escogió y entrenó a doce apóstoles para continuar su trabajo después de que
el fuera crucificado, y resucitado, y ascendiera al cielo. Pero también había apóstoles falsos aun cuando
estaba Jesús aquí. Las señales de la
autoridad apostólica están en 2 Corintios 12:12: “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre
vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros. (Cf. Mt.
7:22-23; Hch. 2:22; He. 1:3,4).
Para mí el colmo de la hipocresía se halla en
Mateo 7:22-23: “22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos
en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad”.
Estos hipócritas se autonombraron apóstoles de
Jesús, y hasta hicieron las tres señales de un apóstol. Pensaban que podían discutir con EL JUEZ DE
JUEZES en el juicio del gran trono blanco. Increíble, ¿verdad?
En Lucas 18:9-14 Jesús da esta parábola acerca de
dos personas que fueron al templo a orar:
“9A unos que confiaban en sí mismos
como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10Dos
hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11El
fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12ayuno
dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13Mas el publicano, estando lejos, no quería ni
aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios,
sé propicio a mí, pecador. 14Os digo que éste descendió a su casa
justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será
humillado; y el que se humilla será enaltecido”.
Hay muchas cosas interesantes en cuanto a la
oración en esta parábola, pero quiero hacer hincapié ahorita en que este
fariseo es un hipócrita. Su actitud es
muy mala hacia Dios y hacia los hombres, pero está completamente cegado por su
pecaminosidad. Y cuando el fariseo
piensa en el publicano, no lo considera digno de mencionarlo por nombre. Pensó que era tan despreciable que Dios no lo
perdonaría. Sabemos que los publicanos
fueron considerados los peores de todos los judíos. La gente pensaba que era traidor a Dios y a
la nación de Israel porque cobraba impuestos de los judíos para Roma, y a lo
mejor cobraba más de lo que debía. Pero
vemos que este publicano se arrepintió y humildemente pidió la misericordia de
Dios. No tenemos que adivinar cual de
los dos fue justificado porque Dios dice--¡fue el publicano!
Fijémonos otra vez lo que dijo Jesús en cuanto al
publicano que se arrepintió: “Os digo que éste descendió a su casa justificado”
(Lc. 18:14a). ¿Qué pensarían su esposa y su familia cuando él regresó en la tarde a sa
casa como nueva criatura en Cristo?
Ahora vamos a ver otra vez a Mateo 7:5:
“¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para
sacar la paja del ojo de tu hermano”.
Recuerden que Jesús mismo le llama a este hombre hipócrita. Un hipócrita es uno que desempeña un papel,
pretende ser algo que no es.
Jesús es el único que llama hipócrita a otra
persona en la Biblia. (Cf. Mt. 6:2; 6:5;
6:16; 7:5; 15:7; 16:3; 22:18; 23:13, 14, 15, 25, 27, 29; 25:41) El
apóstol Pablo usa la palabra “hipocresía” una vez en 1 Timoteo 4:2, y Santiago la
usa una vez en Santiago 3:17.
En Mateo 6:2, Cristo dijo: “Cuando, pues, des
limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en
las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa”.
(Cf. Mt. 6:5 y 6:16)
¡Piénsenlo!
Los hipócritas no tienen que esperar llegar a su destino final para
tener su recompensa: “Ya tienen su
recompensa”.
La última vez en Mateo en que Jesús se refiere al
hipócrita es en Mateo 24:51: “Y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el
crujir de dientes”.
Según los otros pasajes en el Nuevo Testamento,
parece que los hipócritas tienen poca esperanza de ir al cielo. PERO en Mateo7:5 (“¡Hipócrita! saca primero
la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de
tu hermano”) sí hay esperanza si él se prepara arrepintiéndose. Y después que se arrepienta, debe sacar la
mota del ojo de su hermano. ENTONCES podrá juzgar correctamente a su hermano para
que se corrija.
Sería incompleta una enseñanza sobre Mateo
7:5 (“¡Hipócrita! saca primero la viga
de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu
hermano”) sin explicar la preparación necesaria para que un fariseo (o un
hipócrita) entienda que es ciego y necesita recibir ayuda espiritual. Esta preparación que necesita el fariseo para
entender la magnitud de su pecado es ilustrada en la vida del Rey David en el
Salmo 51. Quiero terminar esta enseñanza
acerca de la preparación necesaria para
juzgar viendo este pasaje.
Piensen en cual es la aplicación para nosotros de
la enseñanza de Mateo 7:5. Para los que están
estudiando este pasaje conmigo, sería bueno leer Salmo 51 cuando tiene tiempo. Pondré en la próxima enseñanza en el blog
algo de como debemos aplicar La
Preparación para Juzgar hallado en Mateo 7:5.
Hola, mi muy estimado hermano Hal y su amada esposa y familia e iglesia. muy agradecida con sus enseñanzas. En mateo 7:5 Me enseño sobre el delicado tema de juzgar. No juzgar incorrectamente.... Necesito tener precaución al juzgar para no tener problemas. 1ra instrucción sacar mi propia paja, 2da instrucción ver el problema y ayudar. Mateo 7 ,22: - 23 me enseña del colmo de la hipocresía y no lo había visto así gracias por su enseñanza. juicio correctos según los juicios de Jesús.
ReplyDeleteHola hermano Hal
ReplyDeleteles doy las gracias por que ha continuado con esta enseñanza que me ha ayudado mucho y me ha permitido aprender y entender muchas cosas, me enseña que no debo juzgar incorrectamente y que si voy a juzgar debo de tener cuidado y primero examinarme yo misma, me ha enseñado que primero debo de sacar mi propia paja y asi despues podre ayudar a mi hermano, muchas gracias hermano Hal por todas sus enseñanzas. Dios les bendiga enormemente
Hola,entiendo que primero debo de estar clara en mi hubicacion espiritual. Dejar de ser hipocrita para sacar la viga de mi ojo,y despues ayudar a mi hermano con su paja, y poder los dlos dos hacer la voluntad de Dios
ReplyDeleteHola buen dia
ReplyDeletees una bonita eseñanza, segun lo que aprendi me doy cuentta que es muy peligroso que alguien sea hipocrita porque al final tendra un castigo eterno si no se arrepiente, aun asi como cualquier otro pecador tambien tiene esperanza de volverse de su vida pecaminosa.
me parece interesante que cuando alguien quiere corregir a otra persona de su pecado primero y antes que todo tiene que corregirse a si mismo para despues poder ayudar a los demas, antes de corregir al hermano debo de juzgarme a mi mismo, no es tan facil como parece porque siempre es mas facil ver los defectos de los demas, por eso Dios nos pide que nos examinemos a nosotros mismos.
es una gran enseñanza
por favor oren por mi y mi crecimiento espiritual, que a pesar de lo dificil de la vida cristiana pueda seguir adelante y servir a Dios
Dios les bendiga
saludos