Proverbios 2:1–5
“1Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y
mis mandamientos guardares dentro de ti, 2Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la
prudencia, 3Si clamares a la inteligencia, Y a la
prudencia dieres tu voz; 4Si como a la
plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, 5Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás
el conocimiento de Dios”.
I. EL COMIENZO DE BUSCAR A DIOS
CON ÉXITO – Proverbios 2:1a
II. LAS
CONDICIONES DE BUSCAR A DIOS CON ÉXITO – Proverbios 2:1b – 3
III. EL COSTO DE BUSCAR A DIOS CON ÉXITO – Proverbios 2:4
IV. LA CULMINACIÓN DE BUSCAR
A DIOS CON ÉXITO – Proverbios 2:5
II. LAS CONDICIONES DE BUSCAR A DIOS CON ÉXITO
– Proverbios 2:1b – 3
“1bY
mis mandamientos guardares dentro de ti, 2Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la
prudencia, 3Si clamares a la inteligencia, Y a la
prudencia dieres tu voz” (2:1b-3).
A.
“Y mis mandamientos guardares dentro de ti” – 2:1b
(Stg 1:21) “Por lo
cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con
mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras
almas”.
(Jos 1:8) “Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para
que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
(Sal 119:11-12) “11En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
B.
“Haciendo estar atento tu oido a la sabiduría” – 2:2a
(Pr 13:13) “El que
menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento
será recompensado”.
(Jn 8:47) “El que es
de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois
de Dios.
(Stg 1:22–25) “22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no
hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su
rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se
va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que
mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no
siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en
lo que hace.
C.
“Si inclinares tu corazón a la prudencia” – 2:2b
(Hch 17:11) “Y éstos
eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra
con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas
cosas eran así”.
(Sal 119:10) “Con todo
mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamiento”.
(Sal 119:12) “Bendito
tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos”.
D.
“Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz” – 2:3
(Stg 1:5–8) “5Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el
cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero pida con fe, no dudando nada; porque
el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y
echada de una parte a otra. 7No piense,
pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble ánimo es inconstante en todos
sus caminos”
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