I. LOS
SANTOS ESTÁN SUJETADOS A LA PERSONA DE CRISTO
II. LOS
SANTOS ESTÁN SATISFECHOS EN LA PRESENCIA DE CRISTO
III. LOS SANTOS ESTÁN SATURADOS EN LOS PRECEPTOS
DE CRISTO
IV. LOS SANTOS ESTÁN SOSTENIDOS POR EL PODER DE
CRISTO
V. LOS SANTOS ESTÁN SIGUIENDO EL PLAN DE
CRISTO
VI. LOS SANTOS ESTÁN SEPARADOS AL PUEBLO DE
CRISTO
VII. LOS SANTOS ESTÁN SIRVIENDO LOS PROPOSITOS DE
CRISTO
Introducción: ¿Cómo puede una persona saber
cual es el plan de Cristo para ella? En
primer lugar, hay que desear la voluntad de Dios y estar dispuesto a
seguirla. En segundo lugar, para hallar
la voluntad de Dios, hay que estar activo.
El siervo de Abraham, cuando iba a buscar una esposa para Isaac, dijo, “Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham,
que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el
camino a casa de los hermanos de mi amo” (Gn 24:27). Dios no le mostró a donde ir hasta que se puso
en marcha.
Hay tres maneras principales de recibir dirección en una situación en
particular. 1) La Palabra de Dios—si
algo está en contra de lo que enseña la Biblia, no es la voluntad de Dios. 2)
Las Puertas—Dios abre y cierra puertas en nuestro camino, pone y quita
obstáculos, 3) La Paz—cuando se está en
la voluntad de Dios, Él da tranquilidad.
V.
LOS SANTOS ESTÁN SIGUIENDO EL PLAN DE CRISTO
(Lc 9:23) “Y
decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día, y sígame”.
(Nótese también Mt 16:24, Mr 8:34)
(Mr 10:21) “Entonces
Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme,
tomando tu cruz”.
(Jn 8:12) “Otra
vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue,
no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
(Jn 10:3-4) “3A éste [el pastor] abre el
portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4Y cuando ha sacado fuera
todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen
su voz.
(Jn 12:26) “Si
alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor.
Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”.
(Ap 14:4b) “Estos
son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de
entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”.
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