Friday, July 25, 2014

JUZGAD SEGÚN LOS JUICIOS DE JESÚS

Introducción: Estamos estudiando Mateo 7:1-12.   
“1No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. 6No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen. 7Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.8Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? 12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”

 (Mi enseñanza de este pasaje tiene siete divisiones.  Aquí tenemos la sexta.  Más tarde volveremos a la quinta enseñanza.)

  I.  LA PRECAUCIÓN AL JUZGAR – Mateo 7:1-2
 II.  EL PROBLEMA AL JUZGAR – Mateo 7:3-4
III.  LA PREPARACIÓN PARA JUZGAR – Mateo 7:5
IV.  LA PROHIBICIÓN AL JUZGAR – Mateo 7:6
 V.  LA PETICIÓN ANTES DE JUZGAR – Mateo 7:7,8
VI.  LA POSDATA EN CUANTO A JUZGAR – Mateo 7:9-11
VII. LA PREEMINENCIA EN CUANTO A JUZGAR – Mateo 7:12

Nuestro texto para la sexta enseñanza se encuentra en Mateo 7:9-11.   Nuestro primer propósito en este estudio es aprender que nos enseña Dios en cuanto a JUZGAR, en el contexto de como un padre debe juzgar a sus hijos.  Este pasaje es asociado especialmente con un padre espiritual guiando a su rebaño espiritual.


VI. LA POSDATA EN CUANTO A JUZGAR - Mateo 7:9-11  
9¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (7:9–11).

 El párrafo que estamos estudiando en cuanto a juzgar juicios justos solamente tiene 12 versículos.

 La posdata en cuanto a juzgar que se halla en versículos 9-11 es una declaración reducida, redactada con cuidado y destreza.

Que el esposo es la cabeza del hogar se enseña a través de las Escrituras, comenzando con Adán y Eva. (Nótese Gen. 2:24).

A. LA RESPUESTA DEL PADRE HUMANO A LAS PETICIONES DE SUS HIJOS - Mt. 7:9,10

1. La respuesta del padre a la necesidad de su hijo para comida - Mt. 7:9
“¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?” (7:9).

El pan de aquellos tiempos probablemente era pequeño, como de ½ pulgada de grueso y 3 pulgadas en diámetro.  Un padre no levantaría una piedra que parece un pedazo de pan para dar a su hijo.  Esto le hubiera quebrado los dientes. ¿ENTONCES QUÉ?

Cuando yo tenía como doce años, me invitaron a una fiesta especial. Para mí era muy especial porque era para adultos.  Se iban a juntar en la casa de un Señor Parr para festejar a unos recién casados.  Él ya era casado y tenía como 25 o 30 años de edad. Muchos lo conocíamos como muy mezquino.  Pero se anunció que iban a servir sándwiches de salami para esta ocasión especial.  Yo estaba muy emocionados.  Para nosotros que vivíamos en el rancho y raras veces teníamos la oportunidad de ir a la tienda del pueblo, era algo muy especial.  La verdad es que yo nunca había comido un sándwich de salami.  En estas fiestas se acostumbraba jugarle bromas a los recién casados, pero los que hicieron los sándwiches decidieron jugarle una broma al Señor Parr.  Alguien hizo un sándwich especial con todo y lechuga y tomates.  Sirvieron a todos los invitados primero y al fin al Señor Parr.  Habían cortado un pedazo de cámara de aire roja y la sustituyeron por el salami.  Yo estaba sentado frente al Señor Parr y noté que mordió su sándwich y salieron lechuga y tomate, pero el salami regresó al pan como un resorte.  Todos se rieron menos yo y creo que en seguida se estaban riéndose de mí también. Al fin el Señor Parr se dio cuenta de lo que pasaba y se acabó el chiste.

2. La respuesta del padre a la necesidad de su hijo para comida espiritual - Mt. 7:10  [¿???}
“¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?” (7:10).

Un pescado era la comida normal que un padre le hubiera provisto para su hijo, aún en una excursión.  Por cierto un padre no hubiera sustuído un serpiente vivo para la carne como algunos se han imaginado.  La serpiente estaría cocida y preparada correctamente.  Podría ser delicioso.  Pero un padre Judío no hubiera hecho tal cosa porque ofendería la fe de su hijo y también la fe de la persona que cocinó la serpiente muerta.  Aquí Jesús está diciendo que un padre no violaría intencionalmente las leyes dietéticas de la fe de su familia.   

Por ejemplo, por supuesto un padre Judío no le daría un puerco vivo a su hijo para que lo comiera,  pero tampoco le hubiera dado unos deliciosos chicarrones frescos

Hace unos años un muchacho de dieciocho años me estaba ayudando a domar caballos.  El vivía en el campo a unas millas al norte de Edinburg.  Un día me llamó muy  entusiasmado para que viera un cascabel que él había matado.  Cuando llegué él tenía la serpiente colgado en un árbol, ya despellejado.  Nunca había visto un cascabel tan grande--tenía como seis pies de largo y dos pulgadas en diámetro.  Le dije al muchacho, “¡Qué carne más bonita!”  Él respondió, “Pensé que le gustaría,” y quiso dar me una porción grande.  Dijo que había suficiente carne para varias familias.  No quise ofender al joven que me quería hacer tan grande favor, pero le dije que yo no acostumbraba comer serpiente.

No sería contra la ley para nosotros comer serpiente desde que Pedro vio la visión en Hechos 10, pero era prohibido en el Antiguo Testamento.

(Lev. 11:21) “Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra;

(Lev. 11:41) “Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá”.

(Lev. 11:42) Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación.

 La Pascua fue instituida para que se observara en los hogares. (Nótese Ex. 12:1-4).  Los padres terrenales eran responsables para el bienestar de la familia.

B. LA RESPUESTA DEL PADRE CELESTIAL A LAS PETICIONES DE SUS HIJOS - Mt. 7:11
1. La Ilustración de un padre terrenal - Mt. 7:11a
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos” (7:11a).

Jesús habla primeramente de lo depravado que es toda la humanidad en la frase “vosotros, siendo malos”.

Pero hablando aquí en cuanto a juzgar juicios justos, quito la excusa de negligencia o indiferencia de parte de los padres en cuanto a hacer decisiones correctas acerca de sus hijos.  Cristo añade, “[Vosotros los padres] sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos” (7:11a).
      
Sabemos cuanto necesitamos a maestros dotados que Dios ha dado a su iglesia.   

(Ef. 4:11–12) “11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”

(1 Cor. 12:28) “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas”.

Se necesitan maestros en la iglesia local, pero el papel de maestro es diferente al de un padre.  El Apóstol Pablo escribió a la iglesia de los Corintios: “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. (I Cor. 4:15).

(Fil. 2:19–22) “19Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; 20pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. 21Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. 22Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio.”

En efecto, el Señor dice que Ustedes SABEN como cuidar a sus hijos y como castigar a sus hijos—esto tiene que ver con juicio paterno.       

(Heb. 12:5–9) “5y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?  

2.  La importancia del Padre celestial - Mt. 7:11b
“¿Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (7:11b).

(2 Cor. 6:11–18) “11Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado. 12No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón. 13Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros. 14No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 17Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

 Ahora quiero volver a Hebreos 12:5-9, el cual también nos enseña la preeminencia de la paternidad celestial.


(Heb. 12:5–9) “5Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?”