CUERPOS CELESTIALES - IV

Parte cuatro

Por David Etheridge

Una finísima colección de profetas restó, muchos de los cuales habían sido mártires en la ejecución de su llamado.  Durante la conmoción causada por los ángeles saliendo, hubo una conferencia ligera de parte de los profetas, y uno de ellos señaló con la mano indicando que él quiso hacer un anuncio de parte de ellos.

Fue Jonás, quien dijo, “Mis hermanos están de acuerdo conmigo que nunca hubo un profeta como Moisés.  El fue el hombre más manso en toda la tierra.  Obviamente, cualquier profeta tendría que ser como él para llenar los requisitos para este trabajo.  Queremos conceder el puesto a Moisés.”

Moisés caminó humildemente a la mesa, donde Pudente sacó sus carpetas del archivo y dijo, “De veras, Moisés, tú eres el más destacado de todos los profetas, y a ti Dios te escogió para hablar contigo cara a cara.  Pero veo que no eres entre los mártires . . . .”

Moisés, mirando para abajo al pavimento dorado, respondió con voz suave, “No, no fue la voluntad del YO SOY terminar mi carrera de esa manera,  Sin embargo, cuando la gente se rebeló y ciertamente hubieran pagado con sus vidas, yo ofrecí permitir que se removiera mi nombre del libro, mejor.”

Pudente se vio muy serio.  De veras, no había un profeta más grande que Moisés, pero si su nombre fuera sometido, ¿de donde saldría la vida perfecta?  A Moisés le fue dado el mismo recordatorio e cuanto a su vida imperfecta, como se había dado a los otros finalistas, y Pudente despidió a los solicitantes.

Los dependientes de Cuerpos Celestiales se encargaron de regresar la Plaza a su condición previa, agradecieron a los entrevistadores, y un muy preocupado Pudente se dirigió al salón de conferencias.

Aun Junio se parecía preocupado cuando tomó la palabra.  “Me parece,,” empezó Junio, que tenemos dos tareas . . .” y escribió en el pizarrón:

            1. Escoger entre Abel y Zacarías

            2. Encontrar una vida perfecta

Andrónico, un miembro alto del cuerpo de consejeros, y conocido por su sagacidad y sus pocas palabras, comentó que sería de poco valor escoger un sacerdote si no podían encontrar una vida perfecta.  El comité se quedó pensando por un largo rato.  Junio borró el pizarrón, y lentamente escribió dos palabras:  ‘HOMBRE PERFECTO’

Dando vuelta hacia el comité, dijo, “Si podemos encontrar a un hombre perfecto, él obviamente podría ser el heraldo de las buenas nuevas, él podría gobernar al pueblo de Dios, y él mismo podría ser el sacerdote que ofrecería su propia vida como ofrenda para el pecado.”

Los sabios ángeles se quedaron mirándose un poco más, y cada uno empezó a ver en los ojos de sus compañeros la luz de la esperanza.

“Jamás se ha hecho,” dijo uno de ellos.

“Pero con Dios nada hay imposible,” dijo otro.

Pero la cuestión era si él lo haría o no.  Pudente dijo en voz baja, “Yo sabía desde el principio que este trabajo requería lo mejor que el cielo tenía para ofrecer.”

Mientras se prepararon para elegir a un representante para hablarle, se oyó que alguien tocaba la puerta.  Cada ángel se puso de pie en atención cuando el Príncipe entró al cuarto.  Todos estaban ansiosos de oír lo que diría.

“Mi Padre y yo hemos hablado,” él dijo sencillamente, “y es con su aprobación que yo he ofrecido hacerme hombre y así pagar el precio de la redención del hombre.”

¡Y así lo hizo!

--EL COMIENZO--

Preguntas para estudiar y pensar:

¿Dónde se encuentra en la Biblia que Moisés ofreció tener su nombre removido del libro de la vida?

 Esta es una historia imaginaria para hacernos pensar, pero en realidad, ¿cuándo decidió Dios mandar a Jesucristo a redimirnos?

¿Por qué termina el hermano David Etheridge su historia con “EL COMIENZO” en vez de “EL FIN”?